viernes, 5 de enero de 2007

Madrugada


Cierro los ojos, algo tan distinto de que se cierren solos. Los cierro porque quiero, no se cierran esta vez por sueño a su antojo. Los cierro para soñar, cuando quiero pensar en alguien, cuando elevo un castillo en mi pensamiento donde elijo como llegar a lo más alto. Cierro los ojos para llorar por dentro, para sonreír mientras viene a mi cabeza el recuerdo fugaz de un momento inolvidable, los cierro para no pensar en nada, los aprieto aún más ante el desgarro que produce el silencio. Sencillamente los cierro.

Cierro los ojos. Voluntariamente cerraré los ojos cuando cesen mis palabras en este escrito, haré que se haga de noche en mis sentidos para asimilarte, sentirte, estudiarte, agradecerte tanto, tan bonito... A ti que alguna vez dijiste alto y claro lo que pasaba por tu cabeza, a ti que lo hiciste entre cuatro paredes invisibles y abiertas a la vez al mundo. Cierro los ojos tras recordarte con ilusión y entusiasmo, en tus grandes verdades y en tus chiquilladas de cualquier tarde de invierno, en tus criterios certeros y en aquellos otros que no parecen serlo. Porque aportas serenidad y calma a esta vida de impulsos y pasiones por las que me guío y a veces me hacen descontrolar.

Cierro los ojos, y no para rezar al cielo. Cierro los ojos con el corazón satisfecho, por sentirme afortunado de tenerte a este lado del entuerto, por contar con tu grandeza y con tus momentos pequeños, por hacerme sentir un ladrón que le roba al tiempo sutiles horas que son bellezas robadas del alma humana que escondes dentro. No puedo expresar con palabras mi gratitud en este momento por ofrecer nada y a la vez tanto, por saber de antemano, antes de conocerte personalmente, que ya existía una conexión especial y que tarde o temprano formarias parte de mi vida. Una vida nueva, plena en la que ya no me apetece huir ni cambiar ni irme ni largarme a otro sitio. Una nueva vida en mí.

Cierro los ojos, como cuando beso de verdad a quien quiero, como cuando quiero sentirme vivo al respirar y notar el aire dentro de mi.

Cierro los ojos para descansar en paz como hacía tiempo no descansaba, en gran parte te lo debo a tí.

No hay comentarios:

Jack Johnson - Belle